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Chile se prepara para recibir el instrumento MOONS, clave para la astronomía galáctica y extragaláctica

  • Tras años de desarrollo y retrasos técnicos, el instrumento MOONS se alista para su traslado a Chile. En una reciente reunión internacional, el astrónomo Álvaro Rojas —miembro de PhyloGal y ex investigador principal de ERIS— confirmó que la llegada está programada para los próximos meses. El proyecto transformará la capacidad de observación del Observatorio Paranal y posicionará a la astronomía chilena en el centro de futuras investigaciones astronómicas..

El instrumento MOONS (Multi-Object Optical and Near-infrared Spectrograph), uno de los proyectos más ambiciosos del Observatorio Europeo Austral (ESO), se encuentra en la etapa final antes de ser enviado a Paranal, Chile, tras varios años de desarrollo y ajustes técnicos. Así lo confirmó Álvaro Rojas, astrónomo chileno, miembro del grupo PhyloGal y ex investigador principal del Núcleo Milenio ERIS, quien participó recientemente en una reunión presencial del consorcio en Europa.

“Fue un viaje rápido pero productivo”, señaló Rojas sobre su paso por Europa a comienzos de junio. “Las reuniones permitieron alinear objetivos y fijar metas concretas para tener el software de procesamiento y análisis de los datos listo antes de que el instrumento comience a operar. Finalmente, después de tantos años, parece que MOONS llegará a Chile en los próximos meses”.

El instrumento —fruto de un esfuerzo conjunto entre instituciones europeas y chilenas— permitirá obtener  simultáneamente en cada observación datos para cerca de mil  objetos en el espectro óptico e infrarrojo cercano, lo que lo convierte en una herramienta de alto impacto tanto para estudios galácticos como extragalácticos. El consorcio internacional recibirá en retribución por la construcción del instrumento 300 noches de observación: 100 para el survey galáctico y 200 para el extragaláctico.

En el survey galáctico, Rojas participa en el desarrollo de la pipeline que medirá parámetros atmosféricos y abundancias químicas de las más de 600.000 estrellas a ser observadas como parte del survey Galáctigo. Este ambicioso mapeo incluye zonas como el centro de la Vía Láctea, cúmulos estelares, las Nubes de Magallanes y la galaxia enana de Sagitario. “Estamos afinando los últimos detalles para que las pipelines estén listas a fines de este año”, explicó.

La planificación de este tipo de instrumentos es larga y compleja. Aunque originalmente se esperaba que MOONS estuviera operativo en 2022, distintos factores —como un reciente problema técnico en Edimburgo— han generado sucesivos retrasos. “Estos proyectos tienden a postergarse cuatro o cinco años. No es lo ideal, pero es común. Y lo importante es que todo funcione perfectamente cuando llegue. No hay margen de error”, subrayó Rojas.

La experiencia con instrumentos similares ha reforzado la necesidad de un enfoque meticuloso. “En el caso del espectrógrafo WEAVE, por ejemplo, se apuraron en su construcción y no verificaron todos los aspectos. Hoy el proyecto está estancado en modo de mitigación. Aprendimos de eso: MOONS no se puede apurar”.

En cuanto a la participación chilena, destaca el rol de Manuela Zoccali, quien lidera parte importante del survey galáctico. También han contribuido investigadores como Rodrigo Contreras, ex investigador postdoctoral , y equipos de la Pontificia Universidad Católica en el survey extragaláctico. “Muchos de los futuros descubrimientos podrán ser liderados desde Chile. Estamos comenzando a cosechar el trabajo de años”, comentó Rojas.

Las reuniones presenciales del consorcio, como la más reciente, son fundamentales para coordinar esfuerzos y revisar el progreso de cada área. Aunque los equipos se reúnen regularmente vía Zoom, estas instancias permiten definir con claridad las etapas previas a la llegada del instrumento.

MOONS no solo fortalecerá la infraestructura del Observatorio Paranal, sino que abrirá nuevas ventanas para responder preguntas clave sobre el origen y evolución de las estrellas, la estructura de la galaxia y la formación del universo temprano. Con su instalación en Chile, el país reafirma su posición como centro global de la astronomía moderna.

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