- Sara Vitali, astrónoma italiana recién graduada de su doctorado en Chile, relata cómo fue desarrollar su tesis sobre la galaxia enana de Sagitario, un sistema que interactúa activamente con la Vía Láctea. Su trabajo, realizado bajo la guía de la investigadora Paula Jofré, abarcó desde la formulación inicial del proyecto hasta la publicación de los resultados, marcando una etapa clave en su carrera académica y personal.
El estudio de galaxias satélite como Sagitario permite comprender aspectos esenciales sobre la evolución de nuestra propia galaxia. Estos sistemas, que orbitan y a veces se fusionan con la Vía Láctea, muestran señales claras de interacción gravitacional, lo que los convierte en laboratorios naturales para analizar procesos de transformación estelar y química galáctica. En ese contexto se inserta el trabajo doctoral de Sara Vitali, quien acaba de finalizar un proceso de más de tres años como parte del grupo liderado por Paula Jofré, en Chile.
“El proyecto fue como un viaje completo”, resume Vitali. “Desde proponer la idea, escribir la solicitud para obtener tiempo de telescopio, hasta analizar los datos y publicar el paper. Pude estar presente en todas las etapas, y eso lo hace muy significativo para mí”.
Vitali cuenta que la preparación para su defensa de tesis fue exigente, pero no aislada del proceso formativo anterior. “Claro que la semana antes fue intensa y tuve mucha ayuda de Paula, pero uno se da cuenta de que todo ese conocimiento ya lo venía construyendo desde mucho antes”, afirma. Una instancia clave fue su participación en un congreso en Chicago, donde presentó sus resultados. “Paula me dijo que debía verlo como un ensayo general. Esa experiencia me dio mucha confianza para discutir los temas con seguridad”.
Aunque hoy se siente muy cercana al grupo y al país, su llegada a Chile no fue sencilla. “Nunca había estado en Sudamérica. Al principio fue difícil, me sentía lejos de todo, sin una rutina clara. Pero al poco tiempo empecé a trabajar con el equipo y eso marcó la diferencia. Me sentí parte de algo, acompañada”, recuerda. “Al llegar, Paula me dijo: ‘ahora estás triste porque llegaste, pero ya verás que lo más triste será cuando tengas que irte’. Y tenía razón”.
El proyecto en el que trabajó se enfocó en Sagitario, una galaxia enana que ha sido parcialmente absorbida por la Vía Láctea, en un proceso que aún continúa. “Muchas de sus estrellas ya están integradas en el halo galáctico, y el gas también ha sido removido. Pero todavía se puede distinguir como sistema independiente, aunque se proyecta que en millones de años dejará de existir como entidad separada”, explica Vitali. “Es un ejemplo excepcional porque este tipo de interacción suele estudiarse de forma indirecta, y aquí tenemos la oportunidad de observarlo mientras ocurre”.
El trabajo no solo fue extenso en tiempo, sino también en alcance. Inició desde cero: “Cuando llegué, Paula me preguntó qué quería hacer. Yo propuse este tema, así que me tocó redactar la solicitud para obtener los datos, que luego fueron recolectados por ESO. Más adelante, aprendí a analizarlos y colaboré con Álvaro Rojas, quien tenía experiencia con ese tipo de información”, señala. “Fue el proceso más completo de aprendizaje que viví: desde tener una idea hasta convertirla en resultados concretos”.
Además de trabajar con datos proporcionados por ESO, Vitali tuvo la oportunidad de realizar observaciones en el observatorio Las Campanas, utilizando el instrumento MIKE. “Es una de las partes que más disfruto. Estar de noche en el observatorio, ver cómo se abre el espejo, escuchar los sonidos del instrumento… es una experiencia totalmente distinta al análisis frente al computador. Uno se siente parte de algo más grande”, cuenta. “Incluso si no son tus propios datos, ir a observar es algo muy especial”.
El doctorado de Vitali tuvo una duración de tres años y medio, gracias a que pudo convalidar parte de su formación previa en una maestría. El primer año lo cursó a distancia, desde Canarias, en un periodo marcado por la pandemia. “Trabajar de manera remota es muy distinto. Todo cambió cuando finalmente llegué a Chile. Ahí todo empezó a tomar forma real”, comenta.
Respecto al futuro, sus próximos meses estarán marcados por la movilidad. “Voy a pasar un tiempo en Italia, luego tengo un proyecto corto en Canarias y otro en Torino. Son trabajos colaborativos, pero mi meta es conseguir un postdoctorado estable de al menos dos años”, afirma. Junto a Paula Jofré postuló a un fellowship en Chile, cuyos resultados aún no conoce. “Mi plan inicial siempre fue volver a Europa, pero después de estos años, esa idea ya no es tan firme. Si se da la oportunidad, me encantaría volver a trabajar acá. Me gusta este equipo, me gusta este país”.
